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Queridos compañeros.

Me alegro de que se me conteste ya que es indicativo de que alguien lee lo que aquí se pone y de que las palabras sirven para eso: comunicar. Lamentablemente veo que se me ha malinterpretado, por lo que voy a dar unas sencillas explicaciones que en otros foros suelo omitir (dado que normalmente tampoco me las piden).
 


El articulillo “Leyendas urbanas” se me ocurrió viendo a algunos tiradores de recurvado olímpico  en la última tirada de Liga Vasca celebrada en nuestro Club y recordando las enseñanzas de quien me inició en el Tiro con Arco, un tal J. R. al que creo que no tuvisteis la “desgracia” de conocer. Vayan de antemano pues mis disculpas si alguien se ha dado por aludido, no me refería a nadie, estaba pensando en mí y en el arduo camino que tuve que recorrer para deshacerme de algunos vicios adquiridos.


Respecto a las formas de mi escrito, creo que  han sido totalmente correctas. Mis opiniones sólo son eso, opiniones y como tales pueden rebatirse. Nada más sencillo, basta con decir en qué me equivoco y por qué. Los “textos sagrados” los hemos leído todos y la verdad es que admiro a los arqueros que habéis traído a colación y a algunos otros como Butch Johnson, una leyenda viva de este deporte y olímpico todavía a sus 53 años. Pero viéndoles tirar, yo no recomendaría a nadie que les imitase en algunas de sus “formas” ya que dependen mucho de sus particularidades físicas. Pero en fin, todo esto es discutible y por tanto opinable.

Respecto a las formas del vuestro… bueno pues me tildáis de malintencionado, creo que ya he contestado a ello al principio de este breve escrito. Respecto a mi ignorancia, lo admito, el principio socrático de “sólo sé que no sé nada” ha regido mi vida en todos los ámbitos, incluido el  profesional y el personal. Por lo tanto me alegro que lo penséis. Yo en cambio creo que que sois unos magníficos arqueros llenos de sabiduría.


En lo referente a la petición de que me calle y no vuelva a dar mis opiniones, simplemente os contestaré con un soneto, para relajar la tensión:

Hay quien me empluma y quien me inflama el pecho,
quien me hace no temer fortuna o muerte,
quien rompió las cadenas y aquellas puertas
de donde pocos se ven sueltos y salen fuera.

Las edades, los años, los meses, días y horas,
hijas y armas del tiempo, y toda esa corte
ante quien ni hierro ni diamante es fuerte
de su furor me han puesto a salvo.

Por eso las alas al aire seguras abro
y no temo chocar con cristal o vidrio,
mas surco los cielos y al infinito me alzo.

Y mientras de mi globo a otro surjo
y por el etéreo campo más allá penetro,
lo que otros ven lejano, yo, a mis espaldas dejo.


(Giordano Bruno, quemado por la Inquisición en 1600. Le arrancaron la lengua y le pusieron una mordaza de hierro para que no siguiera hablando camino de la hoguera).


Un abrazo a todos. Marmoka.