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El viernes quedamos para salir del club a las 15,30, había ganas, si que había ganas ya que cuando llegamos y contra natura ya estaba todo el “clan” Diarco en la puerta, los coches cargados, postura brazos cruzados “en espera” y cara de ¿qué, cuando arrancamos? Pues para que demorarnos, reparto de viajeros y arrancando que es gerundio. De allí partimos, Seyu, Iván, Mauri, Mikel, Teresa con su hija Cecilia, Agustín, los Jareño al completo (que en francés se escribe Janero), Sesma y la que teclea. Tuvimos que hacer una parada antes de pasar la frontera ya que debido a que tengo la memoria justa para pasar el rato, no recordé que el año pasado tampoco había llenado el depósito y nos toco hacer cola en la gasolinera, por eso de que aquí esta el combustible más barato y tal. Nueva contemplación de la postura “en espera” y cara de esta no aprende ni a la de tres, por parte del resto que SI fueron previsores. En fin que el resto del viaje se resume en otra parada para comprar pan en una gasolinera, que nos llevo a pensar que la gasolina y los refrescos los encargan por teléfono a Seur, ya que todas las entradas de la autopista eran accesos a teléfonos. ¿? Señores que estamos en

la era de los móviles, hagan el favor de poner una estación de servicio, ¡hombre!

 

Llegamos a Blanquefort y más concretamente a la zona de acampada sobre las 19,00h, buena hora para plantar las tiendas de campaña, ya que los chicos de Ordizia nos habían hecho el favor de recogernos ya los dorsales. Tras un rato de aquí si, aquí no, yo me cuelgo de estos árboles, p’os yo aquí mismo planto la tienda y estas hormigas parecen Transformers, dimos por terminada la creación del “complejo verde Quechualari”. Salida para reconocer el terreno, ainssssh como tira la sangre, al cuarto de hora de llegar a la zona de comidas, patrullas y bailes, ya estábamos la mitad cuchillo made in Gabriel en mano y Sesma, Sesma zurciéndose un parche nuevo en su capa tunera. Rematamos el día con una cena digna de una bacanal romana, jesú, no se veía ni un resquicio de mantel entre tanta comida, exageraos que somos, tras la que hicimos una pequeña incursión para tomar café y la copa que cayó en el barrio Kiowa, que pacharán afú.

 

Tras desayunar el sábado fuimos a echar un vistazo a las patrullas, a mi me da un perrenque por que me ha tocado con tres francesas en clásico, si ya de por si, mi estado natural es no enterarme de ná, en francés me da más miedo, así que mientras yo negocio con la tierra si me traga o no, Sesma consigue que me cambien de patrulla y me pongan en otra donde hay un Catalán, Manuel, que se llevaría el domingo el segundo premio en su categoría y dos franceses, Piliph y Marcel. Salimos a afrontar el primer recorrido, en mi caso el amarillo, que quedará grabado en mi memoria por terrorífico, bueno y en la de Iñigo Genua, que desaguisaó de flechas, ahí empecé a aprender palabras en francés, en concreto una, ¡Catastrofic! (que no sé si se escribe así). Me encuentro al resto de Diarcos con muy buena cara, en concreto Agustín, Sesma y Mauri que vienen con la sonrisa esa del trabajo bien hecho.

 

Comida a la carrera, menú; bacón, ensalada, fromage, algo que llamaban café y ale, a correr.

Estampida de Diarcos cada uno al su color de recorrido. Mi segundo recorrido el azul, menos catastrofic que el primero y eso que me caí de bruces en unos zarzales en un intento de escaquearme de la patrulla por necesidad imperiosa, resultado, tengo las piernas que parecen códigos de barras, en las que además hicieron repostaje todo los mosquitos del lugar. Bueno lo de mosquitos es un decir, Agustín estuvo a punto de montarse en uno a dar una vuelta para visualizar los recorridos desde el arriba. Finalizado el segundo recorrido yalgún que otro refresco, fuimos al campinga descansar y yo incluso me atreví a darme una ducha después de ver pasar a dos Txantikus oliendo a limpio en los artilugios esos portátiles que habían colocado (las duchas y los baños eran portátiles, lo que daba pié a una ristra de paseantes papel higiénico en mano tras las comidas) con agua fría como los valientes. Antes, durante y tras la cena, que creo recordar era filete de chicle, fromage y yoquesemás, actuaron los bailarines de country, que pasión y derroche de energía, cuando nos fuimos todavía estaban a druá, a druá, tacón-tacón, a druá…a druá (y así hasta el infinito y más allá). Nueva paradita en Kiowa-city (dió me acabo de dar cuenta de que somos unos gorrones) y a descansar.

 

Descansar el que pudo claro, al día siguiente me enteré de que habían puesto una discoteca portátil en el prado de al lado hasta las 5 de la mañana, que habían formado una escandalera después al recoger todos los vasos y botellas, y que además, un par de bichos voladores habían estado de marcha por las tiendas toda la noche. Yo, ni enterarme, va a ser el cloroformo de los Kiowa, que es de lo más efectivo.

 

Tras el desahogo pertinente del personal por las pesadillas nocturnas sufridas, nos vamos a desayunar, eso, el que no volcó el tazón de café con leche encima de su cuerpo serrano claro. Bueno, pues tras cambiarme de ropa por completo, tsk…vamos a informarnos de cuales son nuestras nuevas patrullas, que esta vez van por ranking, así que no hay posibilidad de lloriqueo, ni falta que hace, ya que tras tener una patrulla inmejorable el sábado me vuelve a tocar otra cohonuda el domingo, una catalana, Neus, y dos chiquillos franceses la mar de salaos, Damián y Hugo. Que vergüenza, menuda paliza que nos dieron los enanos, eso que nos tocó el recorrido verde que era el de los dinosaurios, eso si, estaban colocados en el cuaternario o así, jodó, no se extinguirían por culpa de mis flechazos. Una vez terminado el circuito, a comer a la carrera, menú del día; capricho de monjas con patatas y como no, fromage y aguachirri. Hay bajas en el clan Diarco, Mikel de los cacho palos no hace el recorrido, necesita dormir que no a pegaó ojo, y Rodolfo que con una ausencia importante de flechas, exactamente todas menos dos, y una patrulla ausente también, decide que, si hay que ir se va, pero ir pa’ná es tontería y que para eso recoge los bártulos en buena compañía.

 

Nos avisa el hombre con espíritu de tombolero que va a hacer un calor de cohones por la tarde, así pues botellín en mano al recorrido rojo, que por suerte discurre casi todo a la sombra. Nueva paliza a las mendas por parte de los pipiolos, y eso que los amenacé. Ni con esas. Decir que el par de fieras quedaron segundo y tercero. Nosotras, pues muy agotadas….

 

Tras terminar los cuatro recorridos un balance. Mikel de los cacho palos, relajado y descansado. Rodolfo un poco quemado y sin flechas. Sesma, Mauri y Agustín…sobre todo este último, que se salieron puntuando, un aplauso por ellos “plas” yastá.Mikel Jareño, que no se hallaba. Teresa Jareño que le han perdido las planillas, posyavestú. Teresa Sánchez, con una buena iniciación de la piqueta azul y a comprar flechas nuevas. Los que quedamos, Seyu, Iván y yo…pues en nuestra línea, que como decía Txus, vaya usté a saber cual es, si esta, la otra o todo lo contrario tirando pá Murcia.

 

Para finalizar, recogemos todo el complejo Quechua y algunos nos quedamos a la entrega de premios. Que desprendidos, dieron premios hasta a los topos. A mencionar, que:en arco recurvo femenino, Alazne quedo en segundo puesto y en el tercero, Irune, ¡bien! así se hace pedazo de cacho de campeonas. Las futuras promesas en arco libre de los clubes Txantxiku y Ordizia,también subieron al podium y otras dos promesas en recurvo de Ordizia que no hicieron podium, porque ya que se habían largaó con viento fresco. Y no es que quiera hacer hincapié en que solo las mujeres y los niños ganaran algo. El caso es que hasta a nosotros nos dieron premio, como participantes del club más numeroso, ya que nos habíamos apuntado todos como participantes de Euskadi. Un detalle muy bonito y foto para el recuerdo.

 

Si, si, quedaros con la foto de recuerdo por que…. ¡¿A quien se le ocurre dejar el trofeo al recaudo de una representante del club de los muñones?! ¡¿Y por otro lado, que culpa tengo yo de nacer con palas de playa en lugar de manos?! ¿Ein?

 

Si has llegado hasta aquí tú también mereces un premio, ;) sin más, nos vemos dentro de dos años Blanquefort.